Gotham, capítulo 18: Todos tenemos un Cobblepot [Resumen]

Y los problemas regresan para Gordon cuando Flass, el detective que arrestó por asesinato y tráfico de drogas, sale libre de cargos, regresa a su puesto sin culpas y además amenaza con ser el próximo presidente del sindicato de policías, bajo la protección del comisionado Loeb.


Pero sin duda lo que más le duele a Gordon es que el testimonio que liberó a Flass fue dado por su propio compañero, Harvey Bullock. Cuando se lo recrimina, él le dice que no tuvo otra alternativa, que Loeb conoce los oscuros secretos de todos y puede manipular a quien quiera.

Todavía molesto, Gordon deja de lado a su compañero y se une al abogado Dent para encontrar el escondite que el comisionado usa para guardar el historial negro de sus subordinados. La primera pista que tienen los lleva al sótano de un restaurante donde casi son tajeados por una tropa de chinos furibundos.


Suerte que Bullock los sigue y logra salvarlos a ambos en su auto. A partir de ahí, como buscando limpiar su conciencia, les ayuda a encontrar la verdad, muy a su estilo...


La segunda pista los lleva al mafioso Falcone, quien al parecer es el único además de Loeb que conoce el escondite. A Gordon, muy a su pesar, no le queda otra opción más que recurrir a un viejo amigo involuntario, el Pingüino, quien se ofrece a ayudarlo a cambio de un favor suyo y cinco minutos a solas con los archivos secretos. 

Así es que Gordon, Bullock y el mismo Pingüino terminan en una casa de campo muy lejana en la que viven un par de ancianos de lo más amorosos, hasta que intentan matarlos a punta de escopeta. 


Una vez acabado el tiroteo, ambos detectives suben a una habitación de la que provienen ruidos extraños y lo que se encuentran ahí es... la hija de Loeb, Miriam Loeb. El comisionado la tenía oculta ahí desde hacia veinte años, cuando su enfermedad mental la llevó a asesinar a su madre por una tontería.

  
No era lo que esperaban, pero igual podían utilizarlo a su favor. 

De vuelta a la oficina de Loeb, el detective Gordon le ofrece un trato: le dejaría que siga manteniendo a su hija lejos del asilo Arkham, siempre que Flass regrese a juicio, le entregue el expediente negro de Bullock y apoye su candidatura para presidente del sindicato de policías.

Y una vez más Gordon vuelve a salvar el día. Sin embargo, no hay mucho que celebrar, Bullock le recuerda que todavía le debe un favor al Pingüino y se lo va a cobrar tarde o temprano.


Y eso fue lo mejor del episodio, el resto de subtramas no avanzan mucho en realidad: Bruce sigue cuidando a Alfred en el hospital, Fish Mooney (¿Alguien más ya está harto de este personaje?) se convierte en la mano derecha del Dollmaker (¿Por qué no la matan de una vez y se ahorran los problemas?) y la historia de amor del Acertijo continúa siendo una pérdida de tiempo. Ahora solo queda esperar el siguiente episodio, que se estrenará... DENTRO DE SEIS SEMANAS. Bueno, esperemos que este entretiempo les ayude a enfocar mejor la historia.

Nos vemos.


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