Trevor se adentra en lo profundo de las catacumbas de Gresit, donde después de varias caídas al fin encuentra al orador perdido, pero este ha sido transformado en una estatua de piedra por un cíclope furibundo. Belmont vence a la bestia usando los poderes combinados de su espada y su látigo y libera de su maldición al nieto del anciano líder de los oradores, solo para darse con la sorpresa de que en realidad es una nieta, Sypha Belnades.
Después de regresar a Sypha con su familia, Trevor es llevado por un grupo de clérigos hasta la iglesia de la ciudad, ahí se encuentra con el Obispo, el mismo que mandó a quemar a Lisa, y quien le advierte que tiene hasta el atardecer para salir de Gresit o morir junto con los oradores. Llega la noche y los clérigos van a buscar otra vez a Trevor, quien ha escondido a los nómadas en las catacumbas y ahora está más decidido que nunca a retomar su lucha contra el mal. Deja caer su abrigo, muestra el símbolo de su familia y comienza la pelea.
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