Llegamos al noveno episodio Bates Motel y las cosas pintan cada vez peor para Norman, no solo porque la personalidad de su madre sigue en completo control de su cuerpo y no piensa dejarlo ir, sino también porque la policía ingresó a su casa en busca de pruebas y encontraron la maleta de la mamá de Emma y el cuerpo de Chick, por lo que ahora lo acusan de ser un asesino en serie y su única escapatoria judicial es declararse demente o enfrentarse a la pena capital (la inyección letal).
Por su parte, Emma llega al pueblo y entra en crisis al enterarse de la maleta y el cuerpo del lago que ya pudo identificarse como el de su madre. Molesta con Dylan al ver que él está defendiendo a su hermano en los tribunales, decide dejarlo solo en su hospedaje y encargarse del funeral de su progenitora por cuenta propia, de paso que también visita la tumba de Norma. Después de eso, contra todo pronóstico, va a visitar a Norman a la comisaría. Ahí es cuando ella se da cuenta de que hay otra personalidad poseyendo el cuerpo de antiguo amigo y lo único que pude hacer es dejarle un mensaje diciéndole que lo extraña.
Y para cerrar, aunque Romero se entera de que Norman está en proceso de juicio, esto no lo detiene, al contrario, toma la comisaría y se lo lleva de ahí junto con su abogada. ¿El objetivo? Antes de matarlo, Romero quiere que Norman lo lleve al lugar donde escondió el cuerpo de su madre.
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