Como habíamos visto en el episodio anterior, Romero secuestra a Norman y lo obliga a llevarlo hasta el lugar donde escondió a su madre. Ahí el ex sheriff se queda impactado al ver la escena y por un momento se olvida de todo, un error fatal, pues Norman lo toma por sorpresa, le rompe la cabeza con una piedra y lo remata con su propia arma. Adiós Romero.
En medio de la soledad y el frío, Norman se sumerge en una alucinación en donde se encuentra otra vez en el día en que su mamá le pidió que empacara sus cosas para mudarse con ella Oregon. Y así, completamente fuera de la realidad, comienza su camino de regreso a casa.
Al llegar al motel, todavía creyendo que se encuentra en el pasado, llama a Dylan para ofrecerle cenar con él y con su madre. Su hermano acepta y acude a la cita armado, pues quiere detenerlo sin llamar a la policía. Es entonces que descubre el cuerpo de Norma sentada a la mesa.
Dylan se recupera como puede y le pide a su hermano que acepte la realidad, que acepte ayuda, pero Norman no quiere vivir en la realidad, quiere estar con su madre, y tomando un cuchillo, corre hacia su hermano mayor, y a este no le queda otra opción más que dispararle.
El tiempo pasa, Dylan retorna con Emma y su hija, mientras que en el cementerio Norman, tal como siempre quiso, descansa junto a su madre.
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