Llegamos al tercer episodio de la última temporada y la verdad es que la serie no termina de despegar, no hay ningún momento WTF, ninguna escena especialmente emocionante o tensa, nada, solo hay negociaciones y más negociaciones. Y en el caso de Navarro y la agente Miller, la negociación no avanza bien porque el narco no quiere dar nada como muestra de confianza. Es Marty quien al final lo convence de entregarle al FBI la ubicación de unas armas que él había comprado para su guerra con un cartel rival. Javi se entera de esto, y aunque hace como si no le importara, la verdad es que le escuece por dentro que nadie le haya avisado, porque era él quien estaba a cargo de ese armamento.
Por otro lado, Charlotte por fin tiene algo que hacer en esta temporada y le cuenta a la hija de Helen que su mamá está muerta para que ya no moleste y le advierte si desea seguir indagando más al respecto puede sufrir terribles consecuencias.
Mientras tanto, Ruth continúa con su plan de venderle droga al cocinero hipster sin decirle nada a la señora Snell, y aunque la anciana se enfada en un principio, luego se calma cuando le entregan su parte de las ganancias. Y así termina otro episodio que se siente como una preparación para algo que no se sabe cuando llegará. Nos vemos.
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