Llegamos al quinto episodio y los negocios parecen ir bien para Ruth, por lo que sale a celebrarlo con una noche de casino junto al chef hipster. El problema es que entre juego y juego, el chef va al baño a a meterse sus polvitos por el hocico, llegando un momento en que su sistema no puede más y le da una sobredosis. Es ahí cuando Ruth, usando sus años de experiencia tratando con adictos, va por un botiquín y le salva la vida.
Y aquello podría haber quedado como un mero accidente, una anécdota para echarse unas risas, pero para el chef hipster aquello es un momento de inflexión, no quiere volver a arriesgar su vida de esa manera y le dice a Ruth que se cancela el trato, no va a comprarle más droga.
MIENTRAS TANTO, Navarro sigue dejando que el FBI intervenga todos sus cargamentos de armas y drogas sin decirle nada Javi, algo que saca por completo de quicio a su sobrino, quien ya no quiere mover nada sin antes descubrir quien es la rata que le está filtrando información. Esto paraliza por completo el último y más ambicioso proyecto de Marty: venderle toneladas de opioides a una farmacéutica que dice luchar contra las drogas.
No quedándole otra opción, se dirige donde Ruth, y contra todo pronóstico, le ofrece comprarle todo el opio que está produciendo la señora Snell. Una alianza inesperada que puede convertirlo en enemigo del propio navarro.
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