Ok, esta historia comienza presentándonos a Danny Cho, un muchacho coreano que acaba de perder su mayor fuente de ingresos, un motel, porque a un amigo suyo se le ocurrió hacer unos negocios ilegales justo ahí. Así pues, en la ruina y teniendo que cuidar de sus padres ancianos y de su hermano vago, Danny piensa en automorirse solo. Va al supermercado, compra varias parrillas para encender carbón en su cuarto, luego se arrepiente y las devuelve, luego las vuelve a comprar y así está varios días.
Y justamente uno de esos días, saliendo del super con sus parrillas, casi choca con un auto blanco carísimo, cuyo chofer le suena el claxon y le muestra el dedo medio. Danny enfurecido inicia una persecución estilo Hollywood para darle caza al atrevido, destroza varios jardines y ya está a punto de cerrarle el paso, pero es entonces que el auto blanco hace una maniobra y no solo logra escapar, sino que humilla a Danny una vez más.
En los siguientes días, Danny trata de dejar de ese tema de lado y concentrarse en su problema más inmediato: la plata. Sabe de construcción, así que hace unos trabajitos por aquí y por allá, consigue que el amigo que le arruinó la vida le de algo de dinero, y justo cuando su vida parecía estabilizarse... Se cae el bitcoin. Y todos sus ahorros los tenía en esa criptomoneda.
Así pues, Danny vuelve a recaer. Enciende las parrillas en su habitación, intenta respirar el monóxido, pero una vez más se arrepiente. Cubre las parrillas y abre las ventanas. Decide permanecer en este mundo, pero ahora con una nuevo propósito: encontrar al dueño del auto blanco. Busca la placa en internet y así llega a la casa de Amy Lau.
Amy es una mujer que vive en una condición bastante peculiar. Se casó con George Nakai, hijo de un renombrado artista que les dejó algunas de sus obras más valiosas al fallecer, por lo que ambos tienen una vida bastante acomodada. Sin embargo, Amy, quien no nació en cuna de oro, sabe que no puede vivir por siempre de lo que le dejó el suegro y trata de levantar su propio negocio, una tienda de plantas, pero de esas plantas super caras que compran las señoras para presumir. Ella se esfuerza mucho, vive estresada por el trabajo, y aunque ama a su esposo, también le estresa verlo siempre tan tranquilo y sin preocuparse por el dinero.
Y bueno, que un día su esposo sale a llevar a su hija a la escuela y Amy se queda en casa a... hacer una escena muy extraña con una pistola. Y es en eso que Danny toca su puerta diciendo que es un contratista y que podría hacerle algunos arreglos a su mansión. Amy le cree y lo invita a dar un recorrido por su vivienda. Llegan a la cochera y ahí es cuando Danny se da cuenta de que es ella quien le mostró el dedo ese día. Le pide prestado el baño y lo usa, pero no de la manera esperada. Deja todo mojado con lo que ya saben y huye sin que Amy pueda hacer algo para detenerlo.
Pero tiene su matrícula. Y ahora le toca a ella buscar venganza.
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