Un helado en Shifudoki...

Trato de recordar y no sé muy bien por qué lo hice. Creo que fue porque esa noche estaba especialmente deprimido. Quería ir a un maid café.


Un amigo me dijo que pagarle a una mujer por servir comida vestida de mucama era lo mismo que contratar a un negro para que limpie el jardín encadenado al suelo. Y sí, algo de humillación hay en la labor de maid, pero adornada con lindos vestidos y orejitas de gato. Tal vez por eso iba...

El primer paso fue el más difícil. Me quedé trabado frente a la puerta de vidrio, pensando ¿No se verá muy patético que entre yo solo? ¿Me convertiré en un gordo friki más?

Y entonces sentí unos golpecitos en el brazo.

"Oye amigo" me dijo un chiquillo que no pude distinguir si era un emo, un visual kei o un seguidor de Carlos Cacho, y me señaló al weon que tenía a su lado, un poco más joven que él,  pintado como bailarina de saya, "¿Puedes decirle que se ve bien gay con ese maquillaje?".

Y ahí fue que entré de una vez y me desparramé sobre la primera silla que encontré.

Apareció ella, una cosita chiquita en un traje de maid. 

"Bienvenido, goshujin sama ¿Desea que le explique la carta?"

"Emmm... bueno."

Y pasó a recitarme las tres hojas del menú, explicándome cada platillo de la manera más simple ("Esto es una bola de arroz con atún dentro, esto es como un chaufa pero con..."), todo para que al final pidiera un maldito helado con queque (ni siquiera sé cual es su nombre en específico, lo elegí a dedo).

"¿Le gustaría algo para leer mientras espera?"

"Por supuesto" le dije con cara de César Hildebrandt.

Dos minutos después, me trajo un álbum de Sailor Moon y una revista de videojuegos de hace tres años.

Pero bueno... al menos no tuve que esperar mucho.

En la televisión se estaba presentando un mix de openings de anime clásico. Frente a mí, un grupo de cuatro chicas celebraba sus compras de música coreana. En la esquina un par de amigos se concentraban en un duelo de jenga. A mi costado un tío deboraba una hamburguesa mientras leía manga desde su laptop. Todo estaba tranquilo.

Y de pronto... VIDEOS DE HOLASOYGERMAN!!!

estuve muy cerca de esto...
A partir de ahí cada cucharada fue dolorosa, pesada, épica, como Light Yagami comiendo papitas...



Cuando otra maid comenzó a hacer juegos de adivinanzas entre los asistentes, yo ya quería largarme, pero no encontraba a la que me atendió. Estaba afuera, hablando alegremente con los dos mariposones que me encontré en la entrada. No sé, a lo mejor me confundí y eran los guardias del local...

Y como nadie me hacia caso, solo atiné a ponerme en pie y estirar las extremidades. Ahí sí me mandaron la cuenta. Eran nueve soles. Le di un billete de diez y no esperé a que me trajera el vuelto.

Bajé por la avenida. Los buses azules pasaban llenos. Las calles estaban vacías. Era un buen momento para caminar.

Comentarios

  1. Cuando yo fui a uno de esos Maids Cafés, sabes lo que estaban pasando por su pantalla de tv? Al fondo hay sitio. Sí, esa porquería. Y ni siquiera me atendió una Maid. Fue en el Maid Café que está en el 5to piso de Arenales. Jamás volví. Para que me atienda una tipa sin gracia, sin traje de maid y con cara de poto, y con tv basura de fondo, prefiero comer donde una tía veneno.

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  2. D:
    me ha hecho recordar que hace poco tambien fui a shifudoki, y me prometi una reseña sobre la experiencia, debo hacerla, en mi caso yo estaba de random con un amigo, y teniamos hambre y subimos. bueno mmm yo he sido maid, en Madolche, so supongo esperaba a maids moes o atentas, es que se ven tan bonitas y moes en las fotos que bueno a veces uno espera lo mismo no?
    al menos comiste tu helado :D

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