Chocolate (2008) es una película de acción tailandesa que cuenta con algunas de las peleas coreografiadas más espectaculares que haya visto jamás (basta decir que durante los créditos finales vemos al director yendo al hospital a visitar a todos los miembros del reparto que casi mueren durante la filmación), pero también con uno de los argumentos más tontos de la historia del cine: una niña autista se convierte en maestra de las artes marciales viendo televisión y golpeando las columnas de su casa. Sí, en serio (yo llevo años haciendo algo similar y nunca me ha dado resultado). Y bueno, que usa esas habilidades para enfrentarse a miembros de la mafia y conseguir dinero para su madre enferma.
Ya llegando al final de la película, cuando el líder mafioso se encuentra acorralado, suelta su arma secreta, la única persona capaz de hacerle frente a esta mortal niña autista: un chico con síndrome de tourette. Sí, esta es probablemente la primera (y tal vez última) pelea cinematográfica de artes marciales entre niños con necesidades especiales:
Puede que no sea muy políticamente correcto, pero nadie va a negar que es una buena pelea. Además, Chocolate es esa clase de cine que no puede ni debe ser tomado en serio. Solo dale play y disfruta del viaje.
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