Yuri!!! on Ice: Más allá del fan-service


Antes que nada debo decir que Yuri!!! on Ice me tomó por completo por sorpresa. Alguien me dijo que era una historia sobre patinaje y yo dije "Oh, eso es nuevo, voy a darle una chequeada". Y ya cuando comenzaron con las escenitas en las aguas termales y las insinuaciones homoeróticas, ahí ya fue cuando me di cuenta de que yo no era la clase de público al que iba dirigida esta serie. ¿Entonces por qué seguí viéndola? Bueno, porque por sobre todas las cosa, Yuri!!! on Ice es un buen anime. Punto. ¿Hace falta decir más? No en realidad, pero voy a meterle relleno a este escrito.



Más allá del fanservice para señoritas, aquí tenemos un drama deportivo de superación, donde el único enemigo al que vencer es el miedo estancado en el corazón del protagonista. Yuri Katsuki, al inicio, es un ser patético, alguien que se frustra solo con la posibilidad de una derrota, ojo, ni siquiera con la derrota misma, la sola posibilidad ya lo hace tambalear y refugiarse en la comida y el ostracismo. Es Victor quien le enseña, más que cualquier cosa técnica, a madurar, a creer que incluso en lo más hondo se puede luchar para seguir. Es por eso que al final, cuando [SPOILERS] Yuri no gana la medalla de oro, no se lo toma como la megatragedia y se va a un baño a llorar, no, lo toma como un peldaño más hacia la cúspide de sus sueños. Es decir, nuestro protagonista, ha madurado, ha crecido por (aunque suene cursi y lo es) "el poder del amor", y nosotros hemos sido testigos de ello. Así que al ver el letrero de "See you next level", solo queda esbozar una sonrisa y responder "Sí, allí nos vemos".



Por cierto, la música, tremenda, History Maker un temón, y lo mejor es que la versión extendida no la desmerece en forma alguna:


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