The Alienist, Capítulo 1: El niño en el puente


En el siglo XIX a las personas que padecían de una enfermedad mental se las consideraba alienadas de su verdadera naturaleza. A los expertos que las estudiaban se les conocía como "alienistas". Esta historia comienza en Nueva York, año 1896, cuando el cadáver mutilado de un niño es encontrado arriba de un puente en construcción, envuelto en un vestido blanco. La policía lo identifica como Giorgio Santorelli, también conocido como "Gloria" en el burdel donde lo explotaban.

La noticia llama la atención del Dr. Laszlo Kreizler, un alienista que años antes se había visto involucrado en un caso similar, el asesinato no resuelto de los gemelos Benjamin y Sofia Zweig. El niño había sido su paciente, sus padres lo llevaron a su consultorio porque deseaba vestirse como su hermana, y el doctor solo atinó a decirles que lo dejaran, que no tenía nada. Poco tiempo después, ambos hermanos fueron encontrados sin vida dentro de un tanque de agua, el cuerpo de la niña intacto, pero el de Benjamin... No tuvo tanta suerte.

Temiendo que el asesino en ambos casos sea el mismo, Laszlo acude al manicomio a interrogar al único sospechoso que tiene la policía, Henry Wolff, un enfermo de sífilis con antecedentes de asesinato y prostitución. El doctor se da cuenta de que, si bien Wolff está realmente muy loco, no tuvo nada que ver con la muerte de Giorgio, y le pide al comisario que le de permiso para revisar los archivos del caso Zweig. Su petición es negada y es ahí cuando llega al rescate su amigo el ilustrador John Moore.

Moore conoce bien a Sara Howard, la primera mujer en conseguir un puesto de trabajo en el Departamento de Policía, y le pide como favor que le entregue la información requerida. Ella no quiere traicionar la confianza de su jefe, pero al comprender la gravedad del caso, accede a darle los archivos de manera clandestina.

Laszlo no encuentra nada útil en los informes y decide exhumar a los hermanos Zweig por cuenta propia y examinarlos de nuevo con la ayuda de un par de forenses judíos. Es en medio de esta investigación que el doctor sale a buscar algo de comida y en su carruaje encuentra una lengua de niño envuelta en papel periódico. Inmediatamente mira a su alrededor y entre la gente que camina se encuentra a una persona que lo mira de lejos. Lo persigue hasta lo alto de un edificio, pero ya en el último piso, por imposible que parezca, el desconocido desaparece dejando un agujero en el techo.


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