Crisis en la niñez: El último día de Molly

Ok, esta historia comienza cuando Molly Lin, la niña más estudiosa de su clase y con el futuro más esperanzador, se lanza del balcón de su casa sin dar mayor explicación. Aunque la razón en realidad es bastante obvia: su madre es una loca obsesiva sobreprotectora que controló su vida desde el momento en que nació. Pero bien dicen que la gente solo recuerda lo que le conviene, y la señora Lin busca al culpable de la muerte de su hija sin jamás mirarse en un espejo.

Su búsqueda la lleva a encontrarse con un amigo científico que se encuentra trabajando en un proyecto experimental para extraer recuerdos y ella sin dudarlo le ofrece el cerebro de su hija fallecida. Ya con todo listo, la señora Lin acude al laboratorio y hace su primera inmersión estilo Inception.

Entre las memorias de Molly nos encontramos con el día en que se tomó un tiempo libre para ir a conocer a su escritora favorita, pero tuvo que regresar rápido porque su mamá comenzó a molestarla por teléfono. Ignorando completamente este último detalle, la señora Lin sospecha del muchacho y va a buscarlo a su centro de estudios, donde él le dice que solo eran amigos y compartían el amor por la literatura. Entonces la señora Lin le echa la culpa A LOS LIBROS, piensa que algo que leyó le hizo daño a su hija.

Volvemos a sumergirnos en las memorias y nos encontramos con Molly confesándole a su psicóloga que cuando fallaba en un examen se hacía cortes en la piel, porque así al llegar a casa los golpes de su madre le dolían mucho menos. "Siempre imagino esto: Un día cuando repruebe los exámenes y mi mamá me golpee, ella verá estas cicatrices al levantarme la manga y se sorprenderá, se pondrá triste y me pedirá disculpas".

Llegando ya a la desesperación, y sin poder ocultar más la verdad, la señora Lin se sumerge en todos, absolutamente todos, los recuerdos que Molly tenía sobre ella. Y son horribles. Su madre la trataba como una cosa que presumir con las amigas, le prohibía leer novelas, se burlaba de su sueño de ser escritora, minimizaba cualquiera de sus logros, le echaba la culpa de no haber podido seguir trabajando... Un desastre.

Habiendo comprendido su responsabilidad a la muerte de su hija, la señora Lin trata de entregarse a la policía, pero ellos obviamente la toman por loca y la dejan irse. Llegando a casa, su otra hija, Kelly, le entrega un sobre que había encontrado entre las cosas de su hermana. Resulta que Molly había ganado un concurso de cuentos y en su discurso de agradecimiento también le agradeció a su mamá, pues consideraba que el dolor que ella le causó fue su principal inspiración a la hora de escribir.

Esto ya es demasiado. Quiere volver a ver a su hija, decirle cuanto la ama. La señora Lin ingresa sin permiso al laboratorio y se sumerge por su propia cuenta en los recuerdos, cuando algo muy extraño ocurre. Las luces se apagan y Molly sale de entre las sombras. Su madre se desconecta de la máquina y aun así la sigue viendo. ¿Será que ha llevado el experimento demasiado lejos? ¿Será que las memorias de su hija se han introducido en su mente? Eso no importa por ahora. Una madre abraza a su pequeña y esta historia se termina.