ÉLITE, Capítulo 4: La redención de Guzmán


Y bueno, este capítulo se parece mucho al anterior: hay una fiestuki (esta vez de la alta sociedad) y de alguna forma u otra todos los personajes terminan involucrados en ella. Pero vayamos por partes. Guzmán, el verdadero protagonista de esta serie, trata de arreglar las cosas con Nadia y le deja un obsequio en su casillero, pero ella le dice que la única forma de obtener su perdón es que vaya con sus padres y se disculpe frente a ellos de rodillas, según la tradición del pueblo musulmán. Obviamente, esto es algo que se inventa Nadia para quitárselo de encima, pues cree que el jamás se atrevería a humillarse de tal manera. PERO LO HACE. Guzmán va a la casa de la chica, llama a sus padres, se pone de rodillas... Y ella lo echa de ahí antes de que haga el ridículo.



Más adelante, Nadia al fin revisa el regalo que Guzmán le había dejado y descubre que se trata de una hiyab. A la mañana siguiente, ambos se encuentran en los pasillos de la escuela, se sonríen y él le dice "No estoy intentando nada, Nadia. No hay ningún plan ni estrategia, no quiero que me perdones, no me lo merezco. No te merezco". Y ella responde: "Ahora sí".

Y Lu los mira de lejos...


Por otro lado, la fiestuki. Los padres de Marina están organizando una velada benéfica y como ella no quiere aburrirse, pues invita a Samuel y lo presenta como su novio para que los de seguridad lo dejen pasar. A Samu no le gusta nada esta situación, cree que ella solo lo está usando para hacer enfadar a sus padres y prefiere retirarse. Marina lo encuentra sentado en el patio y después de una breve conversación revelando sus sentimientos, se besan.

Mientras tanto, en esa misma fiesta, Ander y Omar se reconcilian y Guzmán los descubre besándose. Christian, Polo y Carla continúan su relación de a tres y ahora no temen hacerlo público.

Y para finalizar, damos un salto en el tiempo y nos encontramos con que Guzmán es el principal sospechoso de la muerte de Marina.

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