Ok, luego de pasar unos días en la clandestinidad, el senador Blake regresa a su oficina, donde lo están esperando media docena de periodistas para preguntarle por qué se abstuvo de votar contra la nueva ley de casinos, si claramente estaba en contra de dicha iniciativa. Blake no soporta tantos cuestionamientos, echa a la prensa del lugar, y cuando al fin está solo, se dispara en la cabeza.
Wendy se entera de lo ocurrido y va a visitar a Wilkes, quien sin una pizca de remordimiento le revela que Blake había estado internado por depresión muchas veces y que él lo amenazó con revelar su historial psiquiátrico si se presentaba a votar. "Estaba en un negocio donde no hay lugar para secretos" dice Wilkes al ver el rostro indignado de Wendy. Y para terminar de mostrar su verdadero rostro, le dice la verdadera razón por la que está ayudando a Marty a abrir su casino: Quiere construir un hotel y un centro comercial justo al lado. Wendy le dice que eso es imposible, que los Snell jamás aceptarán venderle parte de su propiedad y se va.
A partir de ese día, todos los negocios de Marty comienzan a ser cerrados por el gobierno local, con la excusa de que les falta mejorar la seguridad, que les falta hacer el papeleo de esto y de lo otro. Y él piensa que se trata de Wilkes queriendo presionarlo para aceptar su hotel.
Poco después, Wendy se entera de que la viuda de Blake está pensando en demandar a Wilkes, culpándolo por la muerte de su esposo. Sabiendo que eso también la puede llegar a involucrar, Wendy va al velorio del senador y habla con la viuda, le dice que su demanda jamás prosperará porque su esposo sufría de depresión clínica, pero que pueden enmendar las cosas... con dinero. Un millón de dólares para abrir una fundación que ayude a las personas con depresión. La viuda acepta.
Wilkes se entera de que Wendy le salvó el pellejo y acepta con resignación dejar de lado sus planes hoteleros. Y además, le lanza un dato sumamente importante: "Yo no cerré tus negocios, alguien los está vigilando".
Y ese alguien es el detective Petty, quien mandó a cerrar el Blue Cat para obligar a Marty a llamar a Rachel.
Y funciona.
Marty consigue contactar con Rachel y le pide que regrese para que le ayude a reabrir el Blu Cat. Ella va a verlo con un micrófono oculto en su ropa, pero no consigue grabar nada relevante. Petty se enfada y le pide mejores resultados pronto.
Por otro lado, Ruth consigue convencer a un viejo pervertido para que le venda su muelle de botes y así tener otro lugar donde lavar dinero. Peeeeeeeero la alegría no le dura mucho, porque Marty le pide que se oculte y no vaya a trabajar por un tiempo. Y es que la Comisión de Juegos va a visitar las oficinas para comprobar que todo sea legítimo antes de darle permiso de abrir el casino, por lo que no pueden encontrar a una jovencita con antecedentes penales en un puesto de gerencia. Ruth dice que lo entiende y se va a casa entristecida.
Mientras tanto, Jonah y Charlotte se unen para engañar a la trabajadora de un banco y abrir una cuenta a nombre de un tal Michael Fleming. Y depositan ahí 5 mil dólares ahí. ¿Qué estarán planeando?
Comentarios
Publicar un comentario
Comenta libremente y te responderé OuO/