Reseña de See Also The Peony Pavilion (Cine Chino 2020)

En China se producen cientos de películas al año, hacen cine como quien hace panes, el único problema es que la gran mayoría de esas películas nunca llegan a verse más allá de sus fronteras. Por ejemplo, aquí en Latinoamérica apenas llegan las pelis de Jackie Chan y por ahí alguna de Zhang Yimou cuando gana premios. Yo por otro lado, prefiero el cine chino más pequeño, más humilde, el que es desconocido casi hasta por los mismos chinos. Por ejemplo, el otro día vi See Also The Peony Pavilion (que supongo que es una pésima traducción de su título original "又见牡丹亭 "), cinta del director Bi Yejun que ahonda en el clásico tema de los hijos que no quieren seguir las tradiciones de sus padres por considerarlas anticuadas.

(Disculpen que no ponga un trailer, pero es que no encuentro ninguno, así de discreta es esta producción).

En este caso, la historia gira en torno a dos hermanas, Shujun y Shuya, quienes provienen de una familia que durante generaciones se ha dedicado a interpretar la ópera Kunqu, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pero esta larga tradición parece estar a punto de desaparecer cuando la hermana rebelde, Shujun, decide dejar de lado la ópera para buscar la fama internacional con una banda de rock.


Y aquí déjenme hacer un pequeño paréntesis porque esto me parece un poco gracioso. Si la película estuviera ambientada en los años 80, ahí comprendería que Shujun busque la popularidad convirtiéndose en estrella de rock, pero no es así, la historia transcurre en tiempos actuales. Y actualmente, los ritmos más populares del mundo son el reguetón, el trap y el kpop. Así que para ser realistas, Shujun tendría que haberse convertido en kpoper o fan de Bad Bunny. Pero no, por alguna razón el director de esta película piensa que el rock and roll es el mayor enemigo de las tradiciones chinas. Ni idea.

Otro detalle es que los miembros de la banda de Shujun son chicos que visten de cuero, hacen el símbolo de la mano cornuda, tienen tatuajes, fuman, escuchan Nirvana y Metallica... PERO TOCAN BALADAS. En serio, cuando Shujun se unió a ellos, yo estaba esperando que tocaran un rock progresivo super satánico o algo así, y en vez de eso se pusieron a tocar una baladita de lo más tranqui.

Pero bueno, otro de los personajes importantes de esta historia es el abuelo de las niñas, quien tiene como meta de vida cultivar el amor por la ópera china a la juventud de hoy en día, y cree firmemente que sus nietas lo ayudarán a cumplir ese objetivo. Pero todo se le viene abajo cuando en la fiesta de 20 años de Shujun, su nieta le confiesa de una vez que ya no quiere seguir con la ópera porque lo considera algo anticuado y poco popular. Entonces, con el dolor de su corazón, el abuelo aplasta los palillos sobre la mesa y le ordena a su nieta que se largue de la casa. Shujun se va corriendo, su hermana y su madre la siguen hasta la calle, y aquí ocurre algo que me parece bastante natural, bastante realista. Shujun no quiere que la sigan, pero tampoco quiere que su familia se preocupe, así que se despide con un simple: "No voy a suicidarme" y se va:

Es que en serio, todo en esta película, desde el estilo de filmación hasta el guión, parece un episodio largo de La Rosa de Guadalupe, está todo demasiado acartonado, pero este momento del "no voy a suicidarme" salió muy natural, en serio me imagino a un chiquillo diciendo eso antes de huir de casa.

Pero bueno, que Shujun se va a vivir con su novio, el líder de la banda, y en medio de una fiestita con "Enter sandman" sonando de fondo, él intenta subirle los ánimos pasándole un porrito (que en realidad luce como un cigarrillo común y corriente). Ella le da una pitada y listo, ya está super colocada y volando por las nubes (lo que nos indica que quienes hicieron esta película nunca probaron drogas... Lo cual tampoco es malo, supongo). 

Pero bueno, que Shujun queda completamente prendida de la planta verde y siempre anda por ahí pidiendo a sus amigos y a su novio que le inviten otro porro. Esto la lleva a meter la pata hasta el fondo cuando en medio de un casting para una guerra de bandas no puede evitar las ganas de fumar y se mete al baño para echar humo discretamente. Pero es ahí cuando una señora random la ve en plena faena.

Ahora, en Latinoamérica, normalmente si entras a un baño público y te encuentras con una persona drogándose sobre uno de los lavaderos, pues la ignoras y sigues con tu vida (a menos que también le entres a la vaina y le pidas que te invite jejeje). Pero en China parece que el consumo de estupefacientes es un asunto que se toma con mucha más seriedad, porque esa señora random que ve a Shujun fumando, sale del baño y se va directamente con los organizadores del evento para acusarla y hacer que la echen del lugar y descalifiquen a su banda.

Y todo por un porrito.

Al enterarse de esto, el abuelo no se siente nada sorprendido, de hecho le da absolutamente igual, porque para él ese concurso de rock era "de bajo nivel cultural". Por su lado, la hermana obediente, Shuya, va a buscar a Shujun al estudio donde practica su banda y trata de convencerla de que regrese a la ópera diciéndole las siguientes palabras: "Incluso si te haces mundialmente popular, solo serás una versión femenina de Cui Jian (un cantante pionero de la música rock en China), pero la ópera Kunqu es diferente, mil artistas pueden interpretar de mil maneras distintas a Liu Menghai y Du Liniang (protagonistas de la ópera "The Peony Pavilion").

Y bueno, sobra la frase arriba mencionada, quiero mencionar una cosa: ¿Por qué Shuya asume que con el rock su hermana nunca podrá ser más que la imitación de un cantante masculino? O sea... qué machista y qué mala onda. 

Pero funciona, Shujun regresa a la sala de ensayo y ayuda a su hermana a practicar para un concurso de ópera en el que está participando junto a su nueva compañera, Xiaoru. Sobre este personaje, debo decir que es el más trágico de toda la película. Desde el principio la vemos entrenando muy entusiasmada y dándolo todo para mejorar. Y sin embargo, el abuelo, los papás, hasta la misma Shuya se la pasan diciendo que no tiene talento y que con ella no van a ganar nada. Obvio, todo eso lo dicen a sus espaldas, porque de frente le sonríen y le dicen que va por buen camino. Luego también está la triste forma en la que termina su carrera... Pero de eso trataremos un poco más adelante.

Llega el momento de la resolución. El abuelo ve el empeño que Shujun le pone al entrenamiento de Xiaoru y decide acercarse a ella para hacerle una confesión. Le dice que si ha sido estricta con ella desde niña es porque siempre vio su gran talento, pero que ya no piensa imponerse más sobre ella, que si desea ser cantante de ópera o de rock, él estará ahí siempre para apoyarla. Qué bonito.

Pero eso no arregla que se la haya pasado despreciando a la cultura rock durante toda la película.

Bueno, que llega el momento de presentar The Peony Pavilion en el teatro y las dos protagonistas están listas para salir a escena, pero es entonces cuando de la nada, de la absoluta nada, a Xiaoru le suenan las tripas y cae enferma. Shujun la ve así retorciéndose y no le queda más opción que aceptar su destino y salir a interpretar la obra junto a su hermana.

Ahora, siendo este el clímax final de la película, cualquiera esperaría que el director use todos los recursos cinematográficos posibles para mostrar la ópera kunqu en todo su esplendor... Pero no. Puro plano general y cámara fija. Como para que quede claro que esto se filmó bajo la ley del mínimo esfuerzo.

Y en medio de la presentación de las hermanas, por alguna razón que no comprendo, el director introduce el rostro de dolor de Xiaoru. Nunca sabremos qué fue de ella, de donde provenía el dolor o si llegó a superarlo. Definitivamente, el personaje más trágico. Y ella solo quería ayudar.

Por otro lado, el abuelito se entera que Shujun y Shuya están actuando juntas y puede morir en paz, sabiendo que el futuro de la ópera kunqu está garantizado.

Fin.

Y bueno, eso fue See Also The Peony Pavilion. ¿En conclusión? Bueno, es una producción que se nota hecha con poco prosupuesto y de manera un tanto apresurada, y aún así creo que logra transmitir un bonito mensaje. Al final, el viejito aprendió a respetar los gustos musicales de su nieta aunque no los comprendiera del todo, ella tiene vía libre para cantar lo que desee, pero manteniendo siempre presente todo lo que su abuelo le enseñó. Abrazar lo nuevo respetando lo viejo.

Eso es todo por hoy. Regresaremos con más cine.

Comentarios