Escalera al cielo [Reseña] [Spoilers]


Y de repente no sé por qué se me ocurrió hacer una maratón de Escalera al Cielo, una novela coreana que había dejado pendiente hace años. Y por Dios, qué tal sufrimiento... Jung Suh pierde a su madre, su padre se aleja por el trabajo, su mejor amigo se va a otro país, su madrastra la maltrata peor que a Cenicienta, la atropellan, queda amnésica, la dan por muerta, la secuestran, recupera la memoria y nadie le cree que es ella (porque en Corea del Sur no existen las pruebas de ADN, supongo), y cuando al fin parece que vivirá feliz con el amor de su infancia, queda ciega, su hermano se suicida, y la mata el cáncer. FIN.

¿Y para qué? La mayoría de las novelas coreanas, a diferencia de las occidentales, no buscan un final feliz con la pareja principal caminando hacia el horizonte tomados de las manos y sus hijos siguiéndolos por detrás; lo que buscan es el desarrollo individual, que los protagonistas aprendan algo del amor que han vivido, aunque haya terminado de manera trágica. ¿Y qué aprendió Song Joo al perder tantas veces a la mujer que siempre amó? ¿Qué aprendió Jung Suh al no tener ni un minuto de paz? ¿Qué aprendimos nosotros los espectadores al verlos deshidratarse de tantas lágrimas que soltaban ambos?

Durante diecinueve capítulos pensé que no tenía sentido ese extremo sufrimiento, que era sólo el producto de un guionista sádico. Pero entonces llegó el final, cuando Jung Suh acepta que morirá y decide irse dejando atrás los malos recuerdos, el dolor,  el rencor, y quedarse sólo con lo más bello que vivió en este mundo, y lo comprendí: esa es la escalera al cielo.



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