[Anteriormente: Prógolo, el principio del fin]
- Velorios, detesto los velorios. A los de aquí, me refiero. En mi pueblo traían una banda y nos poníamos a bailar con el ataúd. Mi primera cerveza ¿Sabes con quien la tomé? ¡Con mi abuelo muerto! Abrí el cajón y nos pusimos a tomar juntos. Así tienen que ser los entierros, no hay nada triste en morir, es parte de la vida. Pero tú, Ezekiel, tú me obligas a ir a un velorio lleno chinos llorones.
- Lo siento, Taita, debí saber quién estaba ahí...
Lin Emilia Han del Valle, 23 años, estudiante de farmacéutica, activista en favor de los animales e hija mayor del líder criminal de origen chino conocido como Tay "el dragón" Han. Nacho le metió una bala en la cara cuando intentaba asustarla y después huyó chillando como un cerdo. Nadie lo había vuelto a ver desde entonces.
- Bueno, supongo que yo también tengo algo de culpa por aceptar a ese enano de mierda.
El Taita se miró por un momento en el espejo de su habitación y volvió a desatarse la corbata. No estaba muy acostumbrado a esa clase de prendas. "Protocolos, diplomacia... Tonterías" pensaba.
Sin embargo, el problema en el que estaban metidos no era uno que pudieran resolver solo con balas.
- Si me lo permite, yo mismo iré a buscar a Nacho y le arrancaré la cabeza.
El viejo se volvió a Ezekiel con la camisa desabotonada.
- No hace falta, hijo, ya hay gente ocupándose de eso. Yo me voy a encargar de Han y esos maricas del Clan Rojo. Tú ve a casa, cuídate, cuida de tu hija ¿Dónde está ella ahora?
- Estudiando, creo...
-¡Damas y caballeros, en nuestro evento especial de esta noche, en esta esquina, Romina "The Kill" Killari!
Nació con el cordón umbilical alrededor del cuello, le encantaba contar eso. "Nací suicida".
-¡Y a mi lado izquierdo, su contrincante, Yeni "La montaña" Gamboa!
El público aplaude, ruge pidiendo sangre.
- Ya conocen las reglas, chicas, se vale todo, excepto matar, desfigurar o amputar. Si algo no anda bien, toco la campana y se separan. Y si no se separan, les meto un electrochoque en las tetas ¿Listas? ¡A PELEAR PERRAS!
Una vez en el hospital, mientras esperaba a que un médico le enderezara su nariz rota, escuchó a una señora decir que las mujeres embarazadas podían transmitir sus sentimientos a sus hijos en el vientre.
¿Qué tan desesperada estaba mamá?
-¡Ven aquí pendeja, te voy a partir la cara!
Mucho, seguro, ni siquiera pudo esperar a su tercer cumpleaños antes de abandonarla. Le dijo "Ven Romi, vamos al parque". La dejó jugando en la arena y se fugó a una isla del caribe. Durante años el Taita estuvo buscándola para darle un escarmiento ("¡De esta familia nadie se marcha si no es para morirse!") pero si la llegó a encontrar o no, eso su padre nunca se lo dijo.
-¿Qué le pasa a Kill? ¡¿No sabes pelear, perra estúpida?!
A veces se preguntaba si alguna vez de verdad sintió algo por ella o si solo la veía como un objeto infernal que la encadenaba a una vida horrenda.
- ¡Muere, puta, muere!
Suena la campana.
- ¡Se acabó, basta, hacia atrás!
De vuelta a los camerinos, la vida seguía su rumbo. "Tú estás aquí, Killari, no estás en el pasado". Bebió la mitad de su botella de agua y la otra mitad se la echó a la cabeza.
Una esquelética figura la observaba desde la puerta.
- ¿Tienes el dinero? -le preguntó.
- Romi ¿En serio no nos iría mejor si ganaras? Digo, la mitad de lo que te dan por perder se va en repararte la cara...
Ambas rieron.
Y por un rato, estuvo bien.
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