La historia va así, tenemos a Greg, un muchacho en su último año de secundaria cuyo único interés en la vida es pasar desapercibido y hacer parodias de películas clásicas con su "colaborador" Earl (en realidad es su amigo, pero se niega a llamarlo así), hasta que un día una chica de su escuela, Rachel, es diagnosticada con leucemia y su madre le obliga a pasar tiempo con ella, a pesar de que apenas la conoce. Y sí, ya sé, parece una tragedia romántica al estilo de Bajo la misma estrella o Yo Antes de Ti, PERO ESTA HISTORIA NO ES ASÍ. De hecho, una de las cosas que hace genial esta película es que el mismo protagonista está consciente de que nosotros, el público, estamos esperando que se enamore de Rachel en cualquier momento, y es por eso que él mismo nos recuerda una y otra vez QUE ESO NO VA A PASAR. Porque esta no es la historia de un romance y una pasión, es una historia sobre sobre la vida y de como el miedo muchas veces nos impide vivirla. Tal vez Rachel sea la chica moribunda aquí, pero es Greg quien ya está muerto al conocerla, con esa existencia carente de toda esperanza, pero es ahí que ambos aprenden a darse vida mutuamente, comenzando con un silencio incómodo hasta llegar a la amistad más sincera, y eso es algo que no conoce la muerte. Me and Earl and the Dying Girl es mi recomendación para esta semana.
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