GLOW, CAPÍTULO 9: "La Llave Progresista"


Después de pasar dos semanas desaparecido, Sebastian al fin se reencuentra con Sam y le confiesa lo que había estado ocultando durante todo ese tiempo: no hay dinero, su mamá le cerró todas las cuentas y ahora no puede alquilar un lugar donde filmar el programa. Ruth no se rinde y anima a las chicas a iniciar un servicio de lavado de autos para reunir los 9 mil dólares que se necesitan. No lo logran, obviamente, y deciden colarse en una fiesta de la mamá de Bash para pedirles donaciones a los viejos ricos.


En medio de la reunión, Sam se separa del grupo para ir a drogarse en una habitación, es entonces que llega Justine y trata de animarlo, él lo malinterpreta y la besa repentinamente. Ella se separa y le confiesa que es su hija, fruto de una relación de una sola noche. Pero lejos de ser una bonita reunión familiar, Sam lo toma de mala manera y Justine sale del cuarto molesta.


Volviendo a la recaudación, la madre de Sebastian descubre lo que las chicas están haciendo y se queda con todos sus cheques, pero a cambio le da a su hijo total libertad para que filme su programa en un salón de baile en un hotel elegante. 


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