Marcha CON MIS HIJOS NO TE METAS: La guerra del fin del mundo


Hace poco estaba leyendo una novela llamada La Guerra del Fin del Mundo, para muchos la última gran obra de Mario Vargas Llosa. La historia va acerca de un señor conocido como "El Consejero" quien vaga por el norte empobrecido de Brasil predicando la palabra de Dios a finales del siglo XIX. Nadie sabe muy bien de donde salió o qué cargo real tiene en la Iglesia, si es que tiene uno, pero como predica muy bien y ayuda a reparar los cementerios y las parroquias, pues la gente lo sigue, lo escucha y lo creen un hombre santo. Pero un día se topa con la peor de las noticias: Brasil ha dejado de ser un imperio para convertirse en una república, lo que significa la separación del Estado y la Iglesia, y lo que le aterra más... La instauración del matrimonio civil. El Consejero de verdad cree que esta es una señal del fin del mundo y toma a todos los ladrones y mendigos que lo habían estado siguiendo durante años en busca de una esperanza, y crea su propio ejército para comenzar una guerra civil completamente absurda contra la república, que considera la representación misma del diablo sobre la Tierra.

Eso fue lo que se me cruzó por la mente cuando pasé ayer por la Marcha "Con Mis Hijos No Te Metas". El lugar estaba repleto de evangélicos, repleto, con sus banderitas donde ponían "El Perú es de Dios", cantando sus coros de iglesia, y repartiendo volantes con cosas tan ridículas como que aceptar la "ideología de género" nos iba a hacer víctimas de terremotos y tsunamis. Los veía y no podía evitar imaginarme que estaba en medio del ejército de El Consejero. Sí, en medio de un grupo de miserables dispuestos a dar la vida por un montón de mentiras que ni siquiera tienen sentido. Así me sentía.


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